Aunque bueno, la doctrina confuciana manifestaba como uno de sus principios: “Cultivar la virtud personal y tender sin cesar a la perfección.” Entonces, ¿cuánta es la exigencia que recae en cada uno de nosotros? ¿Cuánto el disfrute? ¿Qué es disfrutar, en este sentido de cómo abordar la vida? Quizás nos imaginamos una vida laboral tan integrada con la personal que no se distingue, que es orgánica.
La realidad es que hacer lo que amás, es clave. Es fundamental. Y orientarlo intencionalmente, en alguna etapa del emprendimiento, a obtener rentabilidad económica para perpetuarlo, también.
Proponerse disfrutar cada día, sabiendo que una parte de las tareas sí se sentirá trabajoso, sí requerirá esfuerzo, sí lidiarás con afrontar cierto desgano, es quizás un equilibrio más saludable hacia nuestra propia auto-exigencia.
No es full-time, es full-life. Imaginarse cada minuto de tu vida abocada al trabajo, ya de por sí es muchísimo. Ponerlo de moda, como lo más coherente y hasta darle el visto bueno, suena nuevamente poco saludable. ¿No?
Si bien cuando conectás de verdad con tu negocio, con la idea, con darle tu impronta; es probable que gran parte del día pienses en eso, lo sientas y lo experimentes, esto no quiere decir que estés generando una actividad laboral en relación a esto todoeltiempo. Y, sobre todo, no quiere decir que vivir trabajando sea sostenible en el tiempo.
La propuesta es simple, y cuesta mucho: estructurar tus tiempos, idear rutinas de trabajo. Saber cuándo cortás y descansa tu mente, tu cuerpo, tu exigencia. Moverte, hacer esa actividad física que sabés que te hace bien, meditar, hablar con amigos de cualquier otro tema, dar amor y permitirte recibirlo de tu familia, de quienes te hacen bien, conectar con la cocina, planear un viaje. Todo esto no es trabajo, o no debería serlo al 100%.
Este punto es delicado…Cuando era adolescente sabía que estudiar Programación era “el futuro”. Hoy conozco personas incómodas con haber elegido esa carrera, sintiendo que es lo único que saben hacer y que tienen un currículum equivocado. Si bien nunca es tarde para repensarte y modificar tu apuesta laboral, asociar la idea del trabajo solo a aumentar cada vez más los ingresos, quizás ya no es la clave. Suena un poco vacío, ¿no?
¿Qué pasa si pensamos en negocios que sean saludables, más que escalables? Hay emprendedores que dan el salto, que llevan sus ideas a negocios y esos negocios los expanden por el país, y luego suman sedes o franquicias en otros países. Ahora, ¿es lo que vos querés?. Si es lo que querés, está buenísimo. La invitación es a preguntarte por qué y para qué. Si seguís convencido, sólido plan entonces. Ve por él.
Ahora bien, si emprendés sintiendo que te interesa disfrutar de lo que hacés, más que la rentabilidad que vas a generar, está genial también. Vimos cientos de películas y series con héroes y heroínas exitosos logrando ser reconocidos por negocios millonarios. También vimos estafas históricas y ambiciones descontroladas.Entonces, ¿qué emprendedor querés ser? El que elijas, y disfrutes… va por ahí.
A ver… esto duele leerlo (más aún ser quien lo escribe). Es que muchas personas ven aún esta diferenciación, estereotipos arraigados en una sociedad que aún no aprende a crear un mercado más consciente que evolucione e inspire lo suficiente para derribar estas etiquetas.
A quienes así lo creen, les contamos: existen las empresas sociales o bien empresas de triple impacto. Son organizaciones donde el eje no es solo el impacto económico. Se las llama así por tener en el centro del modelo de negocios el impacto socioambiental (sin diferenciación, lo social impacta en lo ambiental y viceversa… si nunca lo habías pensado, voilá! :).
Son organizaciones con fines de lucro (es decir, emprendimientos, PyMEs, corporaciones) que nacieron para solucionar una problemática socioambiental. Incluso existe un movimiento llamado Sistema B que integra a quienes piensan y accionan en este sentido. Donde se potencian y nutren nuevos negocios que hoy mismo se están gestando y regenerando. Si las conocías o si aún no, son gran fuente de inspiración para tu idea actual o la que estés gestando.
Si bien los atributos que vos y tu equipo tengan para emprender van a ser siempre el capital más valioso, asociarlo a competencia… ya queda viejo. La vida no es una carrera, no vas ganando o perdiendo. Tu emprendimiento no es mejor o peor. Y, sobre todo, no corrés solo o sola.
¿Qué pasa si repensamos el concepto de competir y lo reemplazamos por colaborar? Las viejas fusiones hoy son alianzas. Donde no se busca monopolizar la industria, o no se debería. Sino potenciarse en determinados proyectos o ejes del negocio.
Existen alianzas de contenidos, de proveedores, comerciales, de apoyo económico, de comunicación. Son muy potentes y no se rigen en un contrato, necesariamente. Sino, en coincidir en valores, en expresar abiertamente los objetivos de cada organización y ofrecer lo que cada una pueda o sienta viable de hacer por la otra, para un propósito común.
Y si hasta ahora no hablamos de propósito, fue para no spoilear la nota. Ya que toda, y sinceramente TODA manera de emprender; debería ser en relación al propósito personal. Si tus intereses, utopías, anhelos, quedan fuera de tu propio emprendimiento, te invitamos a preguntarte, sinceramente: ¿para qué emprender? Además de la necesidad o búsqueda económica, ¿para qué?
Si te la copian, es porque estaba bien encaminada. ¡Felicitaciones!
Y, la verdad, en los emprendimientos de triple impacto hay tantos problemas para solucionar, ¡que hay mercado para tod@s! Ahora bien, si encuentro en otro emprendimiento mi propósito y me encanta lo que hacen… además de consumirlo, ¿puedo aliarme? ¿Puedo asociarme?
SI A TODO. El falso héroe se va cayendo, junto con muchos mitos en estos tiempos. Ser un o una emprendedor/a, la única persona capaz de lograr tu emprendimiento, quizás sea una manera de evitar crecer, de evitar que el propósito socioambiental que te motiva, tenga más relevancia.
¿Qué pasaría si encontraras en una comunidad de emprendedores, el apoyo, motivación, ideas, aportes, intercambios que te ayuden a crecer como persona y como emprendedor? El consejo es que no te lo pierdas. Existen cada vez más comunidades, más ecosistemas de emprendedurismo y sustentabilidad que van concientizando, articulando y dando herramientas para que no te sientas solo ni sola en este camino de hacer, con un propósito común, potente y relevante en el corazón del negocio.
Te invitamos a tipear en Ecosia (buscador que planta árboles con cada búsqueda) las siguientes organizaciones: Mayma, Ashoka, Njambre, Inicia, VIVA.org, Socialab. Y hay más. Y esperamos, hayan cada vez más.