No hay planeta B: hay Empresas B – Sustennials — Cultura sustentable

No hay planeta B: hay Empresas B

Es tiempo de redefinir el sentido del éxito en la economía
Foto general

A diferencia de la economía tradicional, las Empresas B basan su beneficio económico en la colaboración, la inclusión y el cuidado del planeta. Te presentamos una forma distinta de pensar el éxito en los negocios.

Nuestro planeta enfrenta enormes desafíos que son colectivos y nos conciernen a todos. La brecha entre los que más y los que menos tienen es enorme y crece todos los días: el 0.7% de la parte más rica de la sociedad mundial es dueña del 45% de los recursos. El 30% de los alimentos producidos son desperdiciados, mientras que el 15% de la población global está en situación de inseguridad alimentaria. Esta desigualdad es inhumana.  

¿Qué sentido tiene una economía que crece financieramente y que por su misma naturaleza genera una creciente inequidad, acaba con los recursos de la tierra y profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas? La economía que hoy conocemos debe evolucionar para dar lugar a una Nueva Economía más humana, integrada y sostenible, donde el éxito se mida por el bienestar de las personas, de la sociedad y la naturaleza. Tomando las palabras de Einstein, si querés resultados distintos, no hagas siempre las mismas cosas.

Esta evolución nos propone pasar de la lógica de la escasez a una lógica de la abundancia. ¿Cómo es esto? Ya no hace falta elegir entre hacer un bien a la sociedad o ganar dinero, como tampoco es necesario elegir entre cuidar el ambiente o hacer un negocio rentable. El paso a la Nueva Economía nos invita a unir lo mejor de los dos mundos, nos alienta a ganar dinero haciendo un bien a la sociedad, como también a proteger la naturaleza haciéndolo un negocio rentable. Es una invitación a lograr el Triple Impacto, generando un bien a la sociedad a la vez que cuidamos el planeta y logramos un beneficio económico a cambio. Este Triple Impacto no solo es posible, sino que ya es un hecho.

¿Qué sentido tiene una economía que crece financieramente y que por su misma naturaleza genera una creciente inequidad, acaba con los recursos de la tierra y profundiza el individualismo y la exclusión de miles de personas?

Las Empresas B son el faro que ilumina este camino, demostrando que hacer negocios en torno a un propósito es rentable. La certificación como Empresa B surgió en Estados Unidos hace unos 14 años con el objetivo de identificar aquellas empresas que iban más allá del RSE tradicional, logrando la rentabilidad económica a partir de la generación de algún valor en la sociedad y en el ambiente, siendo esto parte de su propio negocio. 

Empresas que le hacen bien al mundo

Emplear y empoderar mujeres en situación de vulnerabilidad que sean a su vez jefas de hogar y que además la materia prima de los productos que fabrican sea el descarte de otras industrias, es lo que hace a PAPA, un claro ejemplo de lo que es una Empresa B. 

Trabajar con una cooperativa, generando oportunidades a quienes de otra forma no las tendrían, en la fabricación de cuadernos con materiales reciclados y a su vez donando a diversas fundaciones con foco en la educación infantil un cuaderno por cada uno que se vende es lo que hace de Dar Sentido, otro gran exponente del movimiento global de Empresas B.

Hoy son más de 3500 las Empresas B, de todas partes del mundo, que nos muestran que el negocio puede gestarse a partir de la generación de un beneficio social y ambiental, logrando una relación directa entre el beneficio económico y el impacto socioambiental positivo. Cuanto mayor sea uno, mayor será el otro. Cuanto más exitosa sea la empresa, mayor será también el beneficio que genere a las personas y el planeta.

¿Cómo ser una Empresa B?

Para ser una empresa B hay que cumplir con algunos requisitos:

  1. Tener claro el propósito y convertirlo en el corazón de la empresa ¿Cuál es el problema que se quiere solucionar o el beneficio que se quiere generar?.
  2. Realizar la Evaluación de Impacto B, que analiza a la empresa en su totalidad, atravesando cinco aspectos esenciales como son gobernanza, trabajadores, clientes, comunidad y ambiente y obtener un mínimo de 80 sobre 200 puntos posibles.
  3. Medir y documentar los impactos sociales y ambientales así como todas las empresas del mundo llevan su balance económico con toda clase de archivos y documentos respaldatorios, porque lo que no se mide, no se puede mejorar.
  4. Modificar el estatuto de la empresa para que se involucren hasta los propios accionistas permitiendo al director de turno tomar las decisiones de la empresa considerando el largo plazo y analizando no solo el beneficio económico sino también el ambiental y el social. Este último requisito es excluyente (y fundamental) para certificar como Empresa B, porque permite que los primeros dos perduren en el tiempo con independencia de los vaivenes coyunturales o de la propia empresa.

Las Empresas B no son perfectas, pero tampoco pretenden serlo y, a diferencia del resto de las empresas, no buscan ser las mejores del mundo sino que asumen un compromiso de mejora continua para ser cada día mejores empresas para el mundo.